Como maestra en ejercicio quiero compartir la reflexión frente a los planteamientos de la profesora Martha Fajardo en cuanto al papel del maestro de literatura como modelo, promotor y crítico. Para ello al evaluar mi ejercicio docente durante los más de 13 años que llevo ejercicendo esta maravillosa labor y analizando también mi experiencia como estudiante de esta licenciatura comparto lo siguiente:
Desde mi labor como docente de lenguaje con estudiantes de grados primero y segundo de básica primaria considero indispensable el heho de estar a la vanguardia de los adelantos tecnológicos y de las maneras como ahora nuestros estudiantes leen, no solamente con el fin de utilizar y promover estrategias de interés frente a sus necesidades lectoras sino también para preperame y poder preperar a mis alumnos en las nuevas formas de leer y los nuevos tipos de lectores queconforman el contexto escolar. Pienso que desde el acercamiento a los mundos, necesidades, intereses e ideales de los niños y niñas es posible fortalecer en ellos el uso social que puedan darle a la lectura. Es indispensable además ser modelo, leer, leerles, darles de leer con¿mo cita Penac y como la profesora Martha lo afirma en su texto.
Por otra parte abrir espacios de acercamiento a la lectura y a contextos de lectura no solamente en las clases de lenguaje permite ahondar en los mundos de cada niño, no solo desde lo académico sino de igual manera desde lo personal, sus relaciones, sus emociones, sentimientos, intereses, los cuales favorecerán el agrado por la lectura y promoverá en estos pequeños lectores la valoración por esta práctica social.
Actuando desde lector modelo, enriqueciendo nuestra vida con lecturas diversas y compartiendo este gusto con nuestros niños y niñas lograremos generar ambientes favorables para la recepción de obras escritas.
Muchas veces pienso en la manera como aprendí y al regresar el tiempo me convenzo más de que un buen maestro modelo de lector transforma vidas, acerca realidades, se sumerge para disfrutar de relatos exquisitos y es capaz de compartir de una manera tan atrayente las narraciones que llega a fortalecer la participación y la comprensión de sus estudiantes.
Mayra Alejandra Salcedo
Este es un espacio para "Dar de leer..." como dice Penac, ha sido diseñado para sentir la palabra...
miércoles, 29 de febrero de 2012
domingo, 26 de febrero de 2012
Utilización de textos en la clase de lenguaje o castellano
Realmente cuando la autora Martha Fajardo habla de la
lectura y la escritura menciona específicamente ciertas características que el
maestro debe tener, entre estas la de modelo, promotor y crítico.
Desde este punto de vista iniciaré mi comentario frente al
tema de la utilización de libros de texto en el área de castellano.
Diría que este tipo de herramienta realmente encajona el
conocimiento, ya que obliga al maestro a
hacer uso de este como forma mecánica, replicar simplemente lo que allí
contiene y hacer que los niños y niñas memoricen conceptos, que además coartan
la espontaneidad o la capacidad de crear o lo más importante no permiten la
motivación frente al trabajo en el aula.
Es bueno poder además
analizar cada uno de estos textos que
llegan a nuestras manos como guías de clase u orientadores de docente, pues no
porque haya sido creado para los niños significa que sea bueno para ellos, es
allí donde quizá sería importante plantearnos la siguiente pregunta:
¿En qué se
constituyen los alumnos cuando los textos llegan a sus manos? quizá esta
pregunta será fundamental que cada uno de los maestros nos hagamos para no caer
en el error que solo los textos sean tomados para realizar ejercicios ya planteados
o como guías orientadoras en donde además nos ahorra tiempo. Lo mejor que
podemos los maestros es actuar como críticos
y tener en cuenta las necesidades y gustos de los estudiantes, ya que como dice Fajardo, M(pp.8)” el
verdadero libro para los niños, es aquel que le resuelve al niño una necesidad
profunda”, así mismo y en este sentido no podemos dejarnos guiar solo por la
onda de la moda o de la sociedad de consumo, por el contrario partir de un
análisis de calidad que llene las expectativas y necesidades de los niños y
niñas frente al área de lenguaje o castellano.
Luz Mary Espinosa
lunes, 20 de febrero de 2012
La lectura será para los niños ,como el trabajo para los adultos. Será un reto aprender, pero sobre todo leer y leer más, no para complacer a otros, o para cumplir con una tarea, si no para sentirse a gusto con lo que hará.
Así es que no dejemos que otro nos gane la carrera de ser cada día mejores lectores.
Quizá para ser un buen lector nuestros hijos y estudiantes necesitarán algunos condimentos importantes, que bien mezclados podría dar un buen resultado.
Será una receta o simplemente algunas estrategias ..............para hacer que los niños lean cada día un poco más
1. Dos cucharadas tomadas lentamente del ejemplo de los adultos
2. Una pizca de motivación diaria
3. Un litro de alegría y experiencias de interés por los libros y la lectura
4. Mil arrobas picantes de actividades lúdicas con libros acorde a la edad de los niños más que lecciones y teorías
5. Una taza de lectura diaria
6. Un kilo de visitas a las bibliotecas de la ciudad en compañía de los padres
7. Un pocillo de regalos pero de muchos libros
8. Una mirada al espejo de la escritura, para saber donde se pueden guardar los sentimientos datos, vivencias de lo leído.
Luz Mary Espinosa Arenas
Así es que no dejemos que otro nos gane la carrera de ser cada día mejores lectores.
Quizá para ser un buen lector nuestros hijos y estudiantes necesitarán algunos condimentos importantes, que bien mezclados podría dar un buen resultado.
Será una receta o simplemente algunas estrategias ..............para hacer que los niños lean cada día un poco más
1. Dos cucharadas tomadas lentamente del ejemplo de los adultos
2. Una pizca de motivación diaria
3. Un litro de alegría y experiencias de interés por los libros y la lectura
4. Mil arrobas picantes de actividades lúdicas con libros acorde a la edad de los niños más que lecciones y teorías
5. Una taza de lectura diaria
6. Un kilo de visitas a las bibliotecas de la ciudad en compañía de los padres
7. Un pocillo de regalos pero de muchos libros
8. Una mirada al espejo de la escritura, para saber donde se pueden guardar los sentimientos datos, vivencias de lo leído.
Luz Mary Espinosa Arenas
"Quizá no hay fórmulas o recetas mágicas para hacer que nuestros hijos y estudiantes lean cada día un poco más, pero si de pronto ciertas sugerencias que nos ayudarán a incentivar el amor por la lectura. Por eso te invito para que reflexiones el siguiente video.
"Un abrebocas principal para una receta genial"
http://www.youtube.com/watch?v=QuWWWrWCQZg&feature=player_embedded
"Un abrebocas principal para una receta genial"
http://www.youtube.com/watch?v=QuWWWrWCQZg&feature=player_embedded
domingo, 19 de febrero de 2012
Comentarios sobre "Lecturas y escrituras vividas: una formación de sentido" de Clara Cuervo
Frente
al Texto: Lecturas y escrituras vividas: una formación de sentido quiero compartir
que la experiencia narrada por la profesora Clara Cuervo nos traslada al mundo
bello de la lectura. En ese acercamiento latente que tuvo desde niña con los
libros, el lenguaje, la expresión artística.
Considero muy emotivas sus líneas y algo familiares cuando relaciona los diferentes ambientes, momentos, espacios, instantes, sonidos a los cuales se apegaba desde casa. Las canciones y toda esa tradición oral que poco a poco nos va constituyendo...Porque ¡claro! así como ella lo cuenta, también viví la fortuna de relacionarme con mis amigos de barrio a partir de esas rondas infantiles que nos permitían el contacto con el lenguaje.
Considero muy emotivas sus líneas y algo familiares cuando relaciona los diferentes ambientes, momentos, espacios, instantes, sonidos a los cuales se apegaba desde casa. Las canciones y toda esa tradición oral que poco a poco nos va constituyendo...Porque ¡claro! así como ella lo cuenta, también viví la fortuna de relacionarme con mis amigos de barrio a partir de esas rondas infantiles que nos permitían el contacto con el lenguaje.
Para
continuar comentando sobre el texto cuando quien lo escribe cita: "ir a la
cuenteria cerca de mi casa era recrearse con los sentidos: el olor me atraía,
era una invitación a dejarse llevar por la fantasía. Recuerdo la esencia de
esta cuenteria. Sus cuentos tenían un olor de encanto, de refugio, de casa
escondida, de tesoro encubierto. Oler las hojas de los cuentos era estar
leyendo otras historias que se guardaban en códigos secretos"
Considero que muchas de estas experiencias de infancia son tan verdaderas y nos transportan a mundos posibles, pero que en ocasiones nuestros mismos maestros se encargan de desterrar de nuestro corazón. Creo que un verdadero acto de valentía es ese que nos permite vivir la literatura a pesar de los obstáculos, en mi caso particular siento que muchas de estas experiencias las he vivido, esa lectura atrayente, también esa transportadora, la lectura obligada y a la que más adelante le encontramos sentido...todo este tipo de escenas de vida, momentos de decepción, de alegría son vividos a través de un buen libro...
Mayra Alejandra Salcedo
Considero que muchas de estas experiencias de infancia son tan verdaderas y nos transportan a mundos posibles, pero que en ocasiones nuestros mismos maestros se encargan de desterrar de nuestro corazón. Creo que un verdadero acto de valentía es ese que nos permite vivir la literatura a pesar de los obstáculos, en mi caso particular siento que muchas de estas experiencias las he vivido, esa lectura atrayente, también esa transportadora, la lectura obligada y a la que más adelante le encontramos sentido...todo este tipo de escenas de vida, momentos de decepción, de alegría son vividos a través de un buen libro...
Mayra Alejandra Salcedo
CÓMO ENSEÑAMOS LITERATURA
En las historietas anteriores podemos observar cómo la manera de mostrar la lectura a nuestros estudiantes, influye en su asimilación e interiorización, pues por experiencia propia sabemos que es difícil acogerse a algo cuando cuando es impuesto.
Es conocido también que hay infinidad de prejuicios hacia la lectura y aún más cuando no nos permiten llegar a ella, por ello muchas veces aunque tenemos las cosas a nuestro alcance y con todas la comodidades (como en la primera historieta) no tomamos iniciativa, ni interés para acercarnos a ella.
Como docentes de básica tenemos "la sartén por el mango" para acercar o alejar a nuestros estudiantes hacia la lectura y permitir que sientan interés y cariño por ella.
RESEÑA CUENTO NIÑA BONITA
Imagen extraída de Internet. Cuento "Niña Bonita" Autora: Ana María Machado |
RESEÑA
LITERARIA DEL CUENTO NIÑA BONITA DE ANA MARIA MACHADO
Es un texto
narrativo, escrito en forma de cuento, en donde su autora Ana María Machado,
que a través de la historia de esta niña bonita de piel negra, y grandes ojos como las aceitunas, con
cabellos negros largos y finos como la noche y una piel seductora, despierta el
deseo de un conejo blanco, de orejas rosadas, de hocico tembloroso, que se
enamora de esta niña negrita a tal punto de querer ser como ella.
…Es tan
grande el deseo de este conejo de querer parecerse a ella, que fascinado por su
belleza, la acecha una y otra vez en busca de aquel secreto que la hace tan
bella. Esta hermosa niña le miente al conejo,
diciéndole que su color se debe a que
comió uvas negras, tomo café negro, y derramó sobre su cuerpo tinta
negra, de tal manera que el conejo fascinado por su hermosura intenta todos estos
trucos, sin encontrar resultados. – Pero vaya sorpresa cuando, la madre de
aquella linda niña, le hace conocer al conejo que su color descendía de sus a
abuelos. Entonces el conejo comprende la lógica de sus palabras y decide
conquistar a una coneja negra, la cual enamora y la hace su esposa; por lo tanto esta pareja concibe conejos de
diferentes tonos, entre ellas a una hermosa coneja negra que revive la historia
de la niña negrita, respondiendo sobre cómo fue su origen a todo aquel que quería
ser como ella.
En este
bonito cuento la autora nos deja ver la diversidad cultural, sin distinción de
raza o color, enseñándonos que todos somos iguales, con derechos, deseos,
anhelos, en donde ninguna persona puede vulnerarlos, por el contario resalta los valores de autoestima, verdad,
amor, compañerismo, y nos enseña que cuando aceptamos a los demás como son, nuestras
relaciones son mejores.
Su lenguaje
claro y sencillo permite llegar a todos los lectores conservando el mensaje o
intensión de la autora, de resaltar que somos diversidad de genero, cultura, y raza. De igual manera las ilustraciones diseñadas por Rosana
Farias, complementan el cuento desde el principio hasta el fin, permitiendo al lector trasladarse a la realidad del cuento y la realidad actual en nuestras aulas de clase.
Gloria María Delgado Rangel
Gloria María Delgado Rangel
sábado, 18 de febrero de 2012
Queremos compartir este hermoso libro-álbum de un escritor e ilustrador colombiano llamado Diego Francisco Sánchez "Dipacho" en él se cuenta la historia sobre el amor, la amistad y la generosidad de compartir una vida. Un álbum con 8 palabras, 2 verbos y 2 adjetivos que nos invita a una segunda, tercera y hasta cuarta relectura. Usa una plástica realista pero a la vez poética entre Jacinto y María José, dos niños de cultura negra que viven en una región selvática del pacífico. En torno a situaciones cotidianas de la región, narra el gusto de estos dos niños del uno por el otro y del disfrute mutuo de su compañía.
Esta obra resultó ganadora del XII Concurso de Álbum Ilustrado A la orilla del viento en el 2008."La atmósfera de encantamiento habita el libro e invita a la relectura, a la observación detallada, al comentario personal." (Jorge Luján)
Mayra Alejandra Salcedo
lunes, 13 de febrero de 2012
Soy y seré un sujeto en
transformación…… (Luz Mary Espinosa Arenas)
Mis primeras experiencias como
estudiante empezaron en 1975, en una pequeña escuela de la vereda de las
Flores, municipio del Valle de San José, la que me acogió con gran cariño, todo
este personificado en mi profesora Flor.
Bien…..la escuela
estaba ubicada al lado de mi
casa, resultaba genial, pues ir a este lugar
era lo más sencillo, ya que debía desplazarme a pie en compañía de
algunos primos que al igual que yo asistíamos para aprender a leer y a
escribir, sin importar que estuviéramos todo el día en dicho establecimiento.
Muy sonrientes todos estábamos al
iniciar el grado primero y ….. ! manos a la obra!, dijo la maestra al ver reflejado en nuestros
rostros ese gran deseo de aprender a leer
y a escribir , digo que con ese gran deseo, pues eso fue lo que expresó cada uno de
nosotros al ingresar al salón, con palabritas entre dientes que
algunos logramos musitar .
Cada mañana sentadita
conservando la fila y mirando la nuca
de mi compañero y al tablero,
seguía las instrucciones para hacer las planas, realizar los ejercicios de
lectura en la cartilla” Pablito”, estaba siempre calladita esperando, copiando
como maquinita todo lo que estaba en el tablero. Además a diario replicaba las planas con los diversos
grafemas combinados con las vocales con los además debía formar pequeñas
palabras e ilustrarlas, al día siguiente siempre tenía dictado con el fonema visto
Ya terminada la plana repetía y
repetía como una lorita el sonido de los diversos fonemas, luego las palabras y
por último terminaba aprendiendo de memoria las mismas, después a hacer planas con todas las letras del
abecedario combinadas con las vocales. Día a día quizá de forma mecánica
terminé el año leyendo, claro está deletreando cada palabra que componía una oración y si me preguntaban al final que
decía, no podía decirlo pues con esa forma de leer……..
Quien entraba al salón siempre
decía: que niños tan calladitos tiene la profe de primero era así pues, la
maestra usaba algunas técnicas de corrección severas a estilo militar….suena como
fuerte, pero la verdad que era así. Si un niño hablaba, peleaba, no traía la
tarea o no hacía rápidamente la plana o tartamudeaba al leer
ella le pegaba contra el tablero o con una vara de café. Lo más curioso
de todo ello, es que nuestros padres estaban de acuerdo con dichas estrategias
de corrección que lograban el objetivo propuesto.
Los años de mi infancia en la
escuela fueron pasando repitiendo y
replicando todo lo que mis profesoras decían y hacían de ahí que según( Amaya Vásquez, J 2006,p.21)
solo la escritura la asumía para
“escribir claro, con letra legible, para hacer planas, transcripciones y
dictados” de igual forma que la lectura la realizaba como un ejercicio para
“identificar el valor fonético de los
signos lingüísticos; para pronunciar bien para entonar y hacer gimnasia de la
dicción y no para desarrollar procesos de comprensión y de análisis”.
Llegó por fin el momento de ir a
la Normal María Auxiliadora, hermoso claustro religioso de las hermanas
Salesianas, en donde en acuerdo con mis padres estuve interna bajo unas reglas
y unas normas que buscaban hacer de mí siempre un sujeto dócil y homogéneo, el
que siempre acataría las reglas impuestas en dicho establecimiento, no podía
ser diferente porque entonces ya no sería digna de pertenecer a tan prestigiosa
institución.
De igual forma que en mi
primaria, el proceso de la lectura y la escritura seguía siendo algo impuesto
por cada uno de los docentes, dado que escribía solo resúmenes, informes,
trabajos de documentación entre otros, todo
ello en ocasiones sin recibir una orientación para hacerlo o una instrucción
para organizar la información que se
debía escribir, diría yo y que según (Amaya Vásquez, J. 2006, p. 22) :la
escritura solo la asumía como “una actividad mecánica y no como el proceso de
pensamiento que requiere el manejo de diferentes estrategias que parten del
entorno “.
No puedo olvidar por su puesto el
aspecto literario trabajado en mi
secundaria, ya que debía aprender muchos autores, corrientes literarias de las
diversas épocas, las características , los representantes , obras y el análisis
de algunos textos los cuales logro
evocar en este momento como: El Moro(José Manuel Marroquín),El Cristo de
espaldas (Eduardo Caballero Calderón), La Vorágine (José Eustacio Rivera),
María (Jorge Isaac),Don Quijote de la Mancha(Miguel de Cervantes Saavedra), La
mala hora (Gabriel García Márquez).Quizá los recuerdo por el tipo de narración
o por algo significativo sucedido en la vida de sus personajes ……
Así pasaron seis años de mi vida y llegó la oportunidad de enseñar en el grado
primero, la verdad….. quizá lo que me angustió un poco el primer día, fue
sentir que debía enseñar a leer y a escribir, un gran reto para mí, pues era mi estreno como docente. La rectora al terminar
la jornada, me llamó a su oficina para hacerme recomendaciones de cómo
debería enseñar, lo más curioso y que
recuerdo así como si fuera ahora, es que sacó un cuaderno y empezó a escribir
con letra cursiva, ummm, solo la miraba y decía para mis adentros, que haré, no
manejo esa letra, pero que carambas……., aprenderé. Así fue, tuve que comprar un cuaderno
ferrocarril, para hacer ejercicios que encontraba planteados en una cartilla.
La señora Isabel la rectora del colegio quería que enseñara con planas repetitivas,
utilizando las diferentes letras del
abecedario acompañadas con sus vocales, la tarea fue ardua, ya que para mi casa
en ocasiones llevaba algunos cuadernos
para poner muestras.
En esa bella experiencia, en los
que replicaba siempre con la misma forma
de enseñar, especialmente la misma táctica con la escritura y lectura(planas,
ejercicios de dicción y dictados), busqué estrategias propias no impuestas por
la rectora, entre estas quizá; la más divertida era cuando con los niños
salíamos al parque a buscar objetos para
trabajar en la clase, jugábamos, armábamos hasta supermercados con los que
realmente aprendieron a escribir y leer los nombres de los objetos que allí se
encontraban . Que va a la rectora no le gustaba mucho este tipo de actividades.
En repetidas ocasiones me decía que estaba
perdiendo el tiempo en juegos, en tontadas decía ella, pero la verdad…., yo
sabía que no era así, sin embargo no quería llevar la contraria para evitar
problemas y de paso conservar el puestico. Quería salirme de la rutina generar
nuevas experiencias de aprendizaje, salirme de los esquemas. Lo hice algunas
veces pero el regañito era seguro. Pero siempre me iba contenta cuando
recordaba las imágenes de los niños participando en las actividades de mis
clases de lectura y escritura.
A las otras asignaturas casi no
se les daba importancia puesto que según
el criterio de la señora rectora, luego se iban aprendiendo, eso sí , lo más
importante para primerito, era aprender a leer y escribir.
Mi inquietud era grande, mis
deseos muchos, de hacer cosas diferentes, digo diferentes a copiar,
transcribir, hacer planas de letras y números, pero ahí venía el pero…….. la
rectora era una señora adulta mayor, y como podría imaginarme ella no
permitiría cambios para impartir el conocimiento, quien salía de esos límites
también se tenía que salir del colegio, eso era lo que se murmuraba detrás de
la puerta y en los pasillos.
Bueno …. a pesar que en varias ocasiones me llamaron la
atención por romper esquemas ,como lo
dije anteriormente, la rectora me quería, porque decía que me le parecía a una
nieta y así……. como dirían muchos con
los cariñitos y regañitos me sostuve, durante los siete añitos, hasta que murió
la señora Isabelita( rectora).
Terminaron mis días de trabajo en
el colegio Cristo Rey. Y a buscar trabajo se dijo…, La cosa fue difícil , pero
buscando y buscando al San Juan fui llegando. El Instituto San Juan de Dios,
era una institución nombrada en el sector, se decía que era un colegio muy
bueno. Y claro….la satisfacción más
grande sería pertenecer a este prestigioso colegio y que gracias a una amiga
llegué a este lugar.
En el Instituto San Juan de Dios he tenido muchas experiencias que podría narrar, quizá, tendría que utilizar
mucho tiempo para ello, por eso me atrevo a contarles solo algunas vividas en
el año 2010.
Quiero contar a muchas personas
que lo bueno es que en el San Juan
,siempre al iniciar cada año, se da a
conocer el currículo, se planifican los proyectos, los contenidos, las
actividades que vamos a hacer, es una delicia saber se pueden hacer cosas
nuevas. Digo que delicia, ya que en el
colegio anterior, no había sentido ese ambiente, era algo establecido y que
debía cumplirse sin salirse de sus parámetros.
Podría decir que en tantos años dando clases y actualizando mi formación
como docente, puedo pronosticar cuales serán las posibles metas y objetivos a cumplir con el grado tercero. Pero lo que
siempre me preocupa es cómo será el comportamiento de mis estudiantes frente a las propuestas, ya que
se que aunque algunos cocimientos sean los mismos u otros, cada vez que viene un año nuevo es
un reto diferente, ya que son personitas diferentes con realidades emotivas y
afectivas con las que debo luchar y enfrentarme cada instante de mi vida dentro
del aula escolar.
Por ello surgió entonces el gran desafío de proyectar y
diseñar actividades en las que todos se
pudieran involucrar, cosas que propendieran en pro de mis chicos, (así
les digo con cariño), entonces decidí
acercarme a la realidad de ellos.
Comencé a establecer diálogos
espontáneos con ellos, en los cuales siempre escuchaba ideas nuevas frente a lo
querían aprender, lo que habían aprendido o escuchado en la tele, experiencias
vividas en casa. Se expresaban con tanta espontaneidad que me sorprendía
escucharlos. Después les decía que ya no solo me contaran estos hechos
oralmente, sino que también me los mencionaran de forma escrita. Quiero aclarar al
principio fue una tarea difícil pero, poco a poco lo fueron haciendo de forma
más creativa y así surgieron muchos escritos que… vaya, vaya… que me sorprendían.
En definitiva logré comprender
que para que los aprendizajes sean significativos era necesario hacer que los
estudiantes se sintieran dueños de sus propios saberes.
Sorprendida por la receptividad
evidenciada, busqué en cada oportunidad movilizar sus pensamientos en ambientes
con plena libertad, escribiendo lo que conocían y les era familiar, en sus
famosos “cuadernos de creaciones”. A partir de esto mis estudiantes fueron logrando e
incorporando aportes narrativos de la realidad y finalmente, ya estaba logrando
que con agrado escribieran, disfrutando de las clases de castellano, especialmente
esas en las que escribían libremente.
Los estudiantes sabían que los quería mucho. Creo que así me
sentían, me lo habían demostrado con
actitudes y mensajes. Cuando la tristeza y el desgano persistían en mis chicos, escribí mensajes como: Ahora
estás algo cansado, pero sabes que estoy junto a ti para ayudarle a seguir.
¡Hoy puedes cambiar, aquí y ahora!
¿Verdad que intentarás salir adelante?, Siento que
estas palabras sirvieron de algo,
bueno….. hasta tenían algún efecto, lo vi reflejado en algunos de mis
estudiantes.
Se llegó la oportunidad de
ingresar a la universidad y por su
puesto empezó un reto, ya no como maestra sino como estudiante en el que el
ejercicio de escribir y de leer estaba
bajo mi responsabilidad pues debía cumplir con ciertos requisitos, la verdad no ha sido
tan complicado como lo había pensado, ya que cada vez me enamoro de lo que hago. Disfruto y saboreo cada texto extrayendo de cada uno de ellos el néctar del
saber.
Veo que podría quedarme contando
y mencionando muchas cosas de mi experiencia de vida, quizá hasta llenar muchas hojas pero, hoy debo dar
un fin a mi relato diciendo que: “creo que no me doy por vencida ante las
dificultades o los obstáculos que aparecen
en mi labor como docente y
estudiante ya que insisto y vuelvo a insistir, escogiendo caminos, que quizá me
permitan llegar a la meta propuesta.
Bibliografía
Amaya Vásquez.(2006).El docente
de lenguaje.(3aEd).Colombia
domingo, 12 de febrero de 2012
VIAJANDO POR EL MUNDO DE LOS RECUERDOS
Nací
en el seno de una familia humilde, donde los principios, los valores y la educación
forman parte del regalo más preciado que se le puede heredar al ser humano; ingresar a una institución educativa era todo
un reto, pues se requería tener una edad determinada, allí no habían jardines
ni guarderías por lo tanto se pasaba los primeros 7 años en casa.
El
colegio de la Presentación, Institución de carácter pedagógico por excelencia,
dirigido por una comunidad religiosa eminentemente educadora, “las
hermanas de la caridad dominicas de la presentación”, su filosofía basada en el servicio a los demás; su de modalidad femenina hacia que mis
padres pensaran en esta como la formación apropiada para sus hijas.
Allí estudiaba mi hermana y se prepara para ser Maestra, gracias a ella a los cuatro años empecé a tener contacto con el lápiz y el cuaderno, recuerdo que me sentaba en una butaca frente Ella mientras exponía sus clases.
Allí estudiaba mi hermana y se prepara para ser Maestra, gracias a ella a los cuatro años empecé a tener contacto con el lápiz y el cuaderno, recuerdo que me sentaba en una butaca frente Ella mientras exponía sus clases.
Esta
experiencia despertó en mí el interés por escribir y leer, situación que me
trajo llamados de atención, pues solo contaba con los textos y cuadernos de mis
hermanos mayores, quienes se enojaban cada vez que los encontraban rayados por aquello que
para mí era escribir.
Recuerdo
que cada día cuando mi hermana salía para el colegio yo la seguía, y me quedaba
en la puerta del colegio parada en puntas tratando de ver lo que pasaba allí dentro.
Esta rutina cambió el día que la profesora Carmenza, me tomo de la mano y me
invitó a su salón, allí estaban niños de primer grado que me miraban,
extrañados, me sentó en su puesto de
trabajo, y empezó a explicar su clase, repartió hojas, colores y lápiz a todos
los niños incluyéndome a mí y cuál fue mi
alegría cuando pidió a los demás niños un aplauso para mí. Dirigiéndose a mí, me preguntó: _ Quién te enseñó a escribir?. Yo le respondí: _ Mi hermanita. _Y le
conté todo lo que ella me enseñaba.
Terminada
la jornada de clase me llevo a mi casa. Mi madre estaba, muy preocupada y de
mal genio por no haberle avisado. La profe Carmenza la tranquilizó, y le contó
lo sucedido, pidiéndole que me dejara asistir al colegio, y Ella hablaría con la hermana directora para
que yo pudiera ingresar teniendo en cuenta mi edad.
Leer los cuentos de Caperucita roja, Blanca Nieves
y los siete enanitos, Pulgarcito, Pinocho, Alicia en el país de la maravillas,
entre otros, me llevaron a ese mundo imaginario y de fantasía, eran como la
puerta de entrada a un mundo mágico en el que todo niño quiere estar.
Fui
avanzando en cada uno de los diferentes grados y conociendo otro tipo de literatura, especialmente
aquella de autores, que le daban a mi pedacito de tierra orgullo
boyacense, Julio Flórez, Fernando Soto Aparicio, Eduardo Caballero Calderón, Jorge Aníbal
Niño, la poesía costumbrista del Indio Rómulo.
La
novela el Cristo de espaldas, me impacto demasiado pues hablaba de la corrupción política,
considerada como estigma a nivel nacional, que ocurrió a pocos kilómetros de mi pueblo, me mostraban un panorama de la realidad
actual.
_ ¡Qué decir!, de “esperaré la muerte, amiga muerte mientras afuera Llueve” las últimas palabras de Celina escritas, en su diario al decidir suicidarse por la condena a 24 años que le daban, por haber asesinado a su esposo…. Obras que dejaban rodar una que otra lágrima, por la profundidad de sus líneas, que me mantenían inmersa en vidas que no eran la mía.
Y saber que más allá de mi tierra, en mí
país florecían autores como Gabriel García Márquez, con la mala hora, Cien años
de soledad, la hojarasca; Jorge Isaac con la María; Jorge Eustasio Rivera,
con laboragine; Manuel Zapata Olivella, quien exalto en sus obras la identidad
negra, al ser El hijo de una mestiza; me permitían viajar por mi país sin salir
de mi casa.
Más
adelante en este recorrido por la literatura encontrar que atravesando
fronteras existían exquisitas obras como Hamlet, Romeo y Julieta de Shakespeare; La Ilíada y
la Odisea de Homero; El Quijote de
Miguel de Cervantes Saavedra; la Casa Verde de Mario Vargas Llosa me
permitieron conocer lugares, que invitaban a ser visitados.
Terminada mi etapa escolar me quedo un sabor dulce para seguir deleitándome con la lectura, de José Saramago, Carlos Cuauhtémoc Sánchez, Dan Brown, y toda aquella literatura del Barco de Vapor que al lado de mis estudiantes comparto y sigo viajando por el mundo de las letras.
Terminada mi etapa escolar me quedo un sabor dulce para seguir deleitándome con la lectura, de José Saramago, Carlos Cuauhtémoc Sánchez, Dan Brown, y toda aquella literatura del Barco de Vapor que al lado de mis estudiantes comparto y sigo viajando por el mundo de las letras.
. . .
F I N
BIBLIOGRAFIA DE IMÁGENES
sábado, 11 de febrero de 2012
Y siguiendo con la historia...
Digest” que mi padre había coleccionado de cuando trabajó en una central editora de revistas como “Vanidades” e “Historietas de Walt Disney” ubicada en la capital del país, que se llamaba “Meridiano”.
De hecho de una de estas publicaciones fue que eligieron mi nombre de cuna “Mayra Alejandra” pues para la década de los 79 estaba en auge una actriz llamada así, la cual era portada de la mayoría de circulaciones impresas de esa época en el país.
Al iniciar mis clases formales en 1º grado de primaria me emocionaba el hecho de escribir en mis cuadernos, de poder llevar esas historietas de dibujos animados a la escuela y poder mostrarlas a escondidas a mis amiguitos, pues si lo hacía en el salón de clase la maestra se enojaba y podía hasta llegar a perderlas.
Aprendí a leer muy rápido, pues me gustaba mucho y todas las tardes llegaba a casa a sacar de la biblioteca un nuevo trozo de periódico o un cuento más de los ya “leídos” para mostrarle a mamá las letras que había aprendido en la escuela y leérselas.
Mis compañeros me molestaban porque siempre era la primera en la clase de español, tenía que resistir sus burlas cuando decían: - “como es la sobrina de la profesora”-. Este estigma me causó un tanto de molestia, por ello siempre desde muy pequeña intentaba hacer mis cosas sin acudir a mi tía Mery, era profe de música, incluso por ello mi madre solicitaba que en el curso en que quedara yo, no estuviera mi tía como maestra titular pues quería evitarme burlas o molestias con los compañeros.
Otra de las grandes historias que leía era la de “Memín Pinguin” ese pequeño niño que transmitía ternura e inocencia y que por su tinte de picardía sentía mucha afinidad con él. Lo que más me impactaba era la manera en que estaban dispuestos los textos, las imágenes en compañía del color de la revista, su olor característico…. me encantaba oler las hojas de las historietas. Una vecina cercana me prestaba también historietas de Condorito, aunque a veces no comprendía su humor me gustaba leer las cosas curiosas que le acontecían al personaje.
La escuela, mi segundo lugar de acercamiento a la palabra era un espacio donde convivía, aprendía pero en ocasiones también se convertía en ese centro de implementación de órdenes, reglas que era imprescindible evitar o quizá violar… Hubiese querido que fuera de otra manera, sin embargo siempre me gustó asistir a ella, con la ilusión de que tal vez alguna mañana de invierno la maestra decidiera leernos una historia que calentara nuestra imaginación, así como me sucedía cada vez que tenía contacto con un texto escrito (revista, recorte, libro viejo) el que fuera, el que estuviera a mi alcance.
http://culturacomic.com/2008/07/22/memin-vs-memin-camparativo-del-antes-y-el-ayer/
Lo más cercano a una biblioteca, no como las de ahora, era la casa de mi tía donde primaban libros de pedagogos de esa época y que eran complejos de comprender, pero gracias a los textos de canciones musicales propios de la región aprendí, leyendo, a cantar “El barcino”, “Los guaduales” y a seguir incansablemente el ritmo hasta que lograba ser capaz de interpretarlas para una nueva clase. Además junto con la flauta, instrumento que aprendí a tocar desde muy pequeña acompañaba cada compás e intentaba leer partituras musicales para llegar a interpretar otro ritmo musical.
Las clases comenzaron a tornarse mecánicas y técnicas, el trabajo se enfocaba a repetir incansablemente las reglas de sintaxis básicas para una buena escritura, y repita y repita las normas de ortografía junto a los contenidos gramaticales de “oración”, “verbo”, “adjetivo” etc… Sin embargo yo continuaba interesándome por obras que encontraba en la vieja biblioteca abandonada de mi casa, desde que mi padre se había ido nadie quiso sacar nada de allí, el sí leía y creo que ese gusto se lo heredé a él, pues el resto de mis familiares cercanos muy poco se acercaban a la lectura.
Fue cuando comencé a leer “La muerte de Iván Ilich” de León Tolstoi, ese mundo de suspenso me apasionaba mientras mi madre se preguntaba cómo podía leer una obra tan compleja yo cada tarde abandonaba mi realidad para vivir una nueva.
Según lo recuerdo durante mi paso por la secundaria leí obras como “María” de Jorge Isaacs, “El coronel no tiene quien le escriba”, “Crónicas de una muerte anunciada” de García Márquez y tal vez inicié la lectura de “Cien años de soledad”, la cual no culminé creo que una de las razones es que tristemente le estaba perdiendo ese gusto a la lectura, ya que se había convertido en una imposición académica que no pasaba de “Vamos a leer a…” sin argumentarnos las razones por las cuales debía ser tal o cual obra y no otra, por el hecho de cumplir con un currículo absurdo.
Una de las obras, entre tantas que leí y que ahora no recuerdo, con la que me sentí realmente identificada fue con “Doña Bárbara” de Rómulo Gallegos, esa historia me permitió leer muchos lenguajes de vida, aventura, enfrenamiento, odios y amores…
Creo que fue una de las historias que más recuerdo, además luego tuve la posibilidad de compararla con la historia de la novela que fue televisada y definitivamente… la lectura transporta, nos hace viajeros de los infinitos espacios, nos traslada sin violencia a lugares en donde la imaginación es la dueña y señora.
Para ser sincera no creo ser una lectora empedernida, pero cuando leo en verdad lo hago con pasión, además de todo y de lo que sí puedo sentirme orgullosa es de asegurar que la lectura en mí ha hecho infinitas transformaciones.
A mi vida y en el momento justo llegó una luz que alumbró mi sendero, me impulsó para llegar donde estoy, una persona bondadosa, inteligente y muy humana que me impregnó de nuevo la pasión por la lectura y me mostró nuevos caminos que pronto recorrería.
Es por ella que logré ingresar a la universidad a estudiar la licenciatura y al comenzar a conocer autores que para mí fueron desconocidos durante mucho tiempo he logrado identificar y valorar mi labor como docente.
Evito convertirme en una más de esas profesoras que pasaron por mi vida de estudiante a las cuales, a pesar de todo, debo mucho; como el hecho de haber colaborado en mi formación académica, la cual me permitió ser lo que soy ahora y llegar a donde he llegado. Con mis estudiantes y con mis hijas leo apasionadamente, “darles de leer” como cita Penac es lo que trato y por ello en mi tarea diaria lucho por reivindicar el lugar de la literatura, transporto historias de sueños, realidades, fantasías y ensueños. Sirvo de puente entre las ilusiones y las verdades pero sobre todo transmito ese mágico sabor que se degusta con la palabra.
Dentro de las propuestas para trabajar literatura en la escuela he podido acercarme mucho más a la literatura infantil, he aquí algunos de los títulos que más me han estremecido por fuera y por dentro…
EL PASO POR LA ESCUELA…
Cuando cumplí los 5 años, como era de esperarse, llegó el gran día. Por
fin empezaría a conocer más niños y niñas como yo. Mi madre decidió
inscribirme a una de las escuelas del pueblo, además “la niña con una
tía profesora” no podía quedarse sin iniciar sus estudios. En esos
tiempos no se cursaba el moderno preescolar, llegaría a la escuela a
enfrentar todas esas cosas nuevas con las herramientas que traía de
casa: una biblioteca llena de periódicos pasados, una colección de
“ReadersDigest” que mi padre había coleccionado de cuando trabajó en una central editora de revistas como “Vanidades” e “Historietas de Walt Disney” ubicada en la capital del país, que se llamaba “Meridiano”.
http://www.rompeteelojo.com/2009/10/selecciones-de-selecciones.html |
De hecho de una de estas publicaciones fue que eligieron mi nombre de cuna “Mayra Alejandra” pues para la década de los 79 estaba en auge una actriz llamada así, la cual era portada de la mayoría de circulaciones impresas de esa época en el país.
Al iniciar mis clases formales en 1º grado de primaria me emocionaba el hecho de escribir en mis cuadernos, de poder llevar esas historietas de dibujos animados a la escuela y poder mostrarlas a escondidas a mis amiguitos, pues si lo hacía en el salón de clase la maestra se enojaba y podía hasta llegar a perderlas.
Aprendí a leer muy rápido, pues me gustaba mucho y todas las tardes llegaba a casa a sacar de la biblioteca un nuevo trozo de periódico o un cuento más de los ya “leídos” para mostrarle a mamá las letras que había aprendido en la escuela y leérselas.
http://www.socialregister.co.uk/mayra-alejandra/ |
La escuela, mi segundo lugar de acercamiento a la palabra era un espacio donde convivía, aprendía pero en ocasiones también se convertía en ese centro de implementación de órdenes, reglas que era imprescindible evitar o quizá violar… Hubiese querido que fuera de otra manera, sin embargo siempre me gustó asistir a ella, con la ilusión de que tal vez alguna mañana de invierno la maestra decidiera leernos una historia que calentara nuestra imaginación, así como me sucedía cada vez que tenía contacto con un texto escrito (revista, recorte, libro viejo) el que fuera, el que estuviera a mi alcance.
http://culturacomic.com/2008/07/22/memin-vs-memin-camparativo-del-antes-y-el-ayer/
Lo más cercano a una biblioteca, no como las de ahora, era la casa de mi tía donde primaban libros de pedagogos de esa época y que eran complejos de comprender, pero gracias a los textos de canciones musicales propios de la región aprendí, leyendo, a cantar “El barcino”, “Los guaduales” y a seguir incansablemente el ritmo hasta que lograba ser capaz de interpretarlas para una nueva clase. Además junto con la flauta, instrumento que aprendí a tocar desde muy pequeña acompañaba cada compás e intentaba leer partituras musicales para llegar a interpretar otro ritmo musical.
UNA NUEVA ETAPA…
Al iniciar mis estudios de bachillerato en la Normal Departamental Divina Providencia, colegio de las Hermanas Franciscanas, me emocionaba el hecho de saber que podía embarcarme en una aventura que me ayudara a esconder mi dolor por la separación de mis padres, eso sería posible en la clase que más me gustaba “Español y Literatura”. Me imaginaba empezando a adentrarme en mágicos mundos in imaginados, donde la protagonista sería… la palabra. Pero lamentablemente no sucedió lo que esperaba. Durante los primeros años de secundaria en el colegio las docentes de esa asignatura no duraban mucho, quizá ello estaba ligado a un poco de inseguridad en la población generada por grupos al margen de la ley, pero bueno, continuemos…Las clases comenzaron a tornarse mecánicas y técnicas, el trabajo se enfocaba a repetir incansablemente las reglas de sintaxis básicas para una buena escritura, y repita y repita las normas de ortografía junto a los contenidos gramaticales de “oración”, “verbo”, “adjetivo” etc… Sin embargo yo continuaba interesándome por obras que encontraba en la vieja biblioteca abandonada de mi casa, desde que mi padre se había ido nadie quiso sacar nada de allí, el sí leía y creo que ese gusto se lo heredé a él, pues el resto de mis familiares cercanos muy poco se acercaban a la lectura.
Fue cuando comencé a leer “La muerte de Iván Ilich” de León Tolstoi, ese mundo de suspenso me apasionaba mientras mi madre se preguntaba cómo podía leer una obra tan compleja yo cada tarde abandonaba mi realidad para vivir una nueva.
Según lo recuerdo durante mi paso por la secundaria leí obras como “María” de Jorge Isaacs, “El coronel no tiene quien le escriba”, “Crónicas de una muerte anunciada” de García Márquez y tal vez inicié la lectura de “Cien años de soledad”, la cual no culminé creo que una de las razones es que tristemente le estaba perdiendo ese gusto a la lectura, ya que se había convertido en una imposición académica que no pasaba de “Vamos a leer a…” sin argumentarnos las razones por las cuales debía ser tal o cual obra y no otra, por el hecho de cumplir con un currículo absurdo.
Una de las obras, entre tantas que leí y que ahora no recuerdo, con la que me sentí realmente identificada fue con “Doña Bárbara” de Rómulo Gallegos, esa historia me permitió leer muchos lenguajes de vida, aventura, enfrenamiento, odios y amores…
Creo que fue una de las historias que más recuerdo, además luego tuve la posibilidad de compararla con la historia de la novela que fue televisada y definitivamente… la lectura transporta, nos hace viajeros de los infinitos espacios, nos traslada sin violencia a lugares en donde la imaginación es la dueña y señora.
Para ser sincera no creo ser una lectora empedernida, pero cuando leo en verdad lo hago con pasión, además de todo y de lo que sí puedo sentirme orgullosa es de asegurar que la lectura en mí ha hecho infinitas transformaciones.
A mi vida y en el momento justo llegó una luz que alumbró mi sendero, me impulsó para llegar donde estoy, una persona bondadosa, inteligente y muy humana que me impregnó de nuevo la pasión por la lectura y me mostró nuevos caminos que pronto recorrería.
Es por ella que logré ingresar a la universidad a estudiar la licenciatura y al comenzar a conocer autores que para mí fueron desconocidos durante mucho tiempo he logrado identificar y valorar mi labor como docente.
Evito convertirme en una más de esas profesoras que pasaron por mi vida de estudiante a las cuales, a pesar de todo, debo mucho; como el hecho de haber colaborado en mi formación académica, la cual me permitió ser lo que soy ahora y llegar a donde he llegado. Con mis estudiantes y con mis hijas leo apasionadamente, “darles de leer” como cita Penac es lo que trato y por ello en mi tarea diaria lucho por reivindicar el lugar de la literatura, transporto historias de sueños, realidades, fantasías y ensueños. Sirvo de puente entre las ilusiones y las verdades pero sobre todo transmito ese mágico sabor que se degusta con la palabra.
Dentro de las propuestas para trabajar literatura en la escuela he podido acercarme mucho más a la literatura infantil, he aquí algunos de los títulos que más me han estremecido por fuera y por dentro…
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